[LOG] Riaza B-Pro Bike Maratón 2012

Más difícil todavía

A mi modo de ver, dos han sido las variables significativas que han aumentado la dureza de esta marcha, y que fueron introducidas por la organización durante el periodo transcurrido desde que me inscribí, allá por marzo, hasta el día de la prueba. Los del GR10, en primer lugar decidieron simultanear dos versiones, de unos 42 y 78 km respectivamente, lo que está bien para animar a participar a los bikers tanto si conocen o como si no están seguros de sus posibilidades. Además invirtieron el sentido de la ruta larga dejando la parte más dura con muchísima diferencia para la segunda mitad, dificultando la gestión del esfuerzo. En segundo lugar pusieron barreras horarias, que aunque estuvieran bien ajustadas para no dilatar el tiempo de la marcha mas allá de lo razonable, si que supusieron un parámetro de presión, por lo menos para los que estamos físicamente menos fuertes.

También participé el año pasado a la primera convocatoria de esta marcha, y como conté en esa ocasión me resultó muy exigente para mí, pero además observé que estuvo muy bien organizada y sobre todo que tenía un alto valor paisajístico, punto que me dejó un grato recuerdo, y quizá haya sido esto último lo que me animó a inscribirme. De entonces al día de la cita han ido surgiendo circunstancias que han ido variando mi estado de ánimo con respecto al evento, llegando con menos ganas que a las últimas marchas, aunque desde luego que con menos miedo que a la Riaza del 2011, para algo sirve la experiencia.

Día 3 de junio, ocho de la mañana, aquí en Madrid el día amaneció espléndido, sin embargo según voy acercándome a Somosierra un enorme manto de nubes cubre la zona hacia donde me dirijo, y el termómetro de mi coche poco a poco va disminuyendo la temperatura según avanzan los kilómetros. Llego a Riaza, 15 grados, y eso me dice que vaya en manga corta, ni siquiera con manguitos, que los dejo en el coche. Mi experiencia en usar la bici, unas veces urbana y otras MTB, durante prácticamente todos los días del año, creo que me ha dado cierta precisión a la hora de elegir vestimenta. Pero que nadie se piense que voy por ahí sin la más mínima precaución, siempre, invierno y verano, llevo un micro-chubasquero en la mochila, que por cierto, seguiría sin estrenar si no fuera porque lo he prestado en alguna que otra imperiosa ocasión.

Me desplazo hasta el punto de salida, El Rasero. No es temprano, tan solo queda media hora para las 10:00h, así que no muy a gusto me toca situarme de los últimos, tras cientos de bikers. No es que tenga intención de correr y quedar de los primeros, ni mucho menos, pero entre 1400 bikers me gusta situarme más cerca del arco de salida para luego en marcha ir perdiendo posiciones más paulatinamente. Está bastante nublado, hace fresco y la gente va abrigada, demasiado a mi modo de ver para la temperatura que hace, yo pienso que en cuanto empecemos a dar pedales nos sobrará todo. Y desde luego que no me equivoqué.

Puntuales como un reloj iniciamos la marcha, tardo casi cinco minutos en llegar al arco de salida donde los detectores de chips están dando una orquesta de pitidos. Un kilómetro y salimos del núcleo urbano, luego dos y medio más subiendo al 5% por la carretera de Alquité nos hacen sudar ya temprano, aquí voy adelantando a un montón de gente, que aunque no sea un fiera si que me defiendo en las subidas siempre que no sean técnicas. Salimos de la carretera y comenzamos a bajar por un ancho camino algo pedregoso. El firme está resbaladizo debido a las lluvias pasadas, así que voy con precaución y los bikers más hábiles en justa venganza me adelantan, hasta que de repente todos paramos.

Fue el primer y único tapón de la jornada. Los 8,5km recorridos hasta allí incluyendo la fuerte subida inicial no fueron suficientes para diluir tal masa de bikers. Yo siempre espero un momento de estos en todas las marchas masivas, así que no me sorprendió. Se necesitan muchísimos kilómetros despejados para que no ocurra, como por ejemplo la Talajara, pero no todas las marchas disponen de algo parecido a la Vía Verde de la Jara. Así que echamos 20 minutos al tapón ni más ni menos. La bajada se había acabado y teníamos una fuerte cuesta por superar que todos hicimos lenta, muy lentamente a pie.

Pasado el tapón continuamos subiendo ya montados, pasamos sobre un campo arado, menos mal que cientos de bikers lo habían relativamente alisado para mí y pude pasar sin bajarme. Tras esto comenzamos a bajar de nuevo.

Llegamos a Ribota donde nos esperaba el primer avituallamiento, tan solo un minuto, lo justo para tomar una bebida isotónica. Seguimos bajando y nos plantamos rápidamente en Saldaña de Ayllón, aquí, sobre el km 18 está el punto donde se separan las marchas corta y larga, y a los indecisos nos ha llegado el momento de decidirnos por una.

Analizo todos los parámetros: allí estaba también la primera barrera horaria establecida para las 11:40h y son las 11:21h; voy físicamente bien intentando reservar fuerzas para las dos montañas de la segunda parte; la climatología es estupenda para montar, sigue nublado, no hace frío ni abrasa el Sol; y por último cuando ya has hecho la versión larga de una ruta, como fue mi caso el año pasado, difícilmente optas por la corta, a menos que las circunstancias indicadas anteriormente hubieran sido contrarias. Así que giré a la derecha, hacia la ruta larga.

Los siguientes 20km son pisteros, con una inclinación media del 2,6%. Este es mi terreno, pero me da miedo quedarme sin fuerzas para la última mitad sobre terreno que no es mi fuerte, así que voy moderadamente ligero, nadie me adelanta salvo cuando paro a hacer fotos. Sorteando de vez en cuando enormes charcos, y otras veces pasando sin remedio por medio de ellos llegamos a Valvieja, y a los pocos kilómetros vadeamos el Río Villacortilla, con tanta agua que daba igual pasar montado que andando, pues los pies se introducían en el agua de cualquiera de las dos formas. Poco después vino el Río Cambrones, algo más ligero de agua y salvable si conseguías pasar montado, aunque ya traías los pies mojados de la piscina anterior. No hacía nada de frío así que mojarse no fue nada molesto. Un par de duros kilómetros al 9% aunque sobre asfalto, y en otros pocos más suaves sobre tierra llegamos a Madriguera.

Estábamos en el segundo avituallamiento y en la barrera horaria programada para las 13:30h. Eran las 12:48h, así que aunque muy justo paré unos 10 minutos a tomar un poco de todo, fruta, barritas y bebidas. En muy pocos kilómetros, me esperaba la parte más dura y lenta de la ruta, donde la última barrera horaria posiblemente se me acerque peligrosamente.

Bajamos el Río Cobos, pasamos por El Negredo e iniciamos la primera dura subida hacia El Muyo. Estamos en la zona Sur de la ruta que va de Este a Oeste sobre materiales mucho más antiguos y duros que los conglomerados, gravas y arenas del Terciario y Cuaternario sobre los que hemos rodado. Ahora andamos sobre rocas del Ordovícico y Silúrico, mucho más inmunes al agua y al resto de los agentes erosivos y aflorando de forma descarnada en algunos lugares. El firme no tiene problemas de agarre pero la pendiente es agotadora a una media del 7,8% y con picos al 12,2%. Sigo el molinillo de un biker y voy muy bien, incluso sintiendo el impulso de adelantar, pero mantengo sujetos los caballos. Lo malo es que el biker lógicamente se cansa de mí y se aparta, le adelanto y sin liebre duro poco, 200m más arriba hago una micro parada por agotamiento. Llegamos a la parte alta de El Muyo.

Ahora toca descansar un poco bajando fuertemente hacia Serracín y remontar 1,5km al 5% a Becerril donde nos espera el tercer avituallamiento. El primer gran pico de la ruta ha sido superado. En Becerril se encuentra la supuestamente última barrera horaria prevista para las 15:15h, son las 14:35h que me indican que sigo yendo muy justo, pero aun así paro unos minutos a aprovechar los reconstituyentes que me ofrecen.

Queda el segundo pico de la ruta, el más duro, con más pendiente, el más técnico y divertido para los que tienen técnica, que no es mi caso, con algún tramo imposible de subir salvo con la bici en la mano, el más bonito, el más espectacular, lo más de lo más de la jornada. La parte más lenta para todos y especialmente para mí.

De Becerril bajamos al Río Vadillo, afluente del pasado Villacortilla, y comienza la brutal subida a Hontanares. Pasamos por Martin Muñóz de Aiyón, la pendiente media es del 7,1% durante casi 5km. Los últimos 650m a una media del 13,9% y tramos al 19,2% sobre un camino pedregoso y suelto, casi todo arrastrando la bici. Velocidad por allí, unos 3km/h.

Salimos a la pista que baja a la Ermita de Hontanares, allí descubro una barrera horaria sorpresa. El individuo que gestionaba el cruce me dice que de no llegar en cinco minutos a la Ermita me desviarán por carretera a Riaza. Yo llegaría por los pelos pues hasta allí hay un kilómetro bajando por la pista asfaltada, pero aún hay bastante gente detrás de mí. Ahora he descubierto en la red a un grupo que llegó media hora detrás mio y no le desviaron. Sospecho que el tipo tenía prisa por irse.

De Hontanares a Riaza ya sería prácticamente bajada. Una buena pista nos dejó en las proximidades de Riofrío de Riaza, pero antes de llegar allí nos desviamos hacia Riaza, primero por un precioso bosque con senderillos single-track, y luego por un camino trialero que me hizo echar pie a tierra en numerosas ocasiones. Un biker visitó el suelo delante mio y decidió dejar su aprendizaje trial para otra ocasión. Cruzamos el Río Riaza, para finalmente rodar una asequible subida que nos dejó en la meta de El Rasero, eran las 16:40h cuando detuve el track-log.

De los 1400 participantes según la organización, 780 terminaron la ruta larga, 318 la corta, y supuestamente unos 302 abandonaron voluntariamente o forzados por las barreras horarias. Imaginando por lógica que prácticamente todos los abandonos fuesen de la opción larga, el porcentaje de los que no lograron terminar estaría en torno al 28%. Una marcha dura, más que la versión del año pasado, aunque quizá a muchos les deje mejor sabor de boca al haber rodado la parte más espectacular en la segunda mitad.

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Esto ocurrió: el 3 de junio de 2012.
Estuvimos allí: 1400 bikers.
Según mi GPS:

Según mi crono mecánico: distancia 79,90km; tiempo rodando 5h49'; media 13,71Km/h; punta 46,89km/h.
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Track en Wikiloc: Riaza B-Pro Bike Maratón 2012
Según la organización de Riaza B-PRO: