La salida de este pasado domingo estuvo pasada por agua, mi casco llegó completamente mojado. Pues bien, una cosa me llamó la atención al quitármelo, mi pelo estaba completamente seco. ¿Cómo fue posible?, pues gracias al sotocasto.
Dicha prenda la compré si no recuerdo mal en diciembre de 2007, con el único objetivo de proteger mis oídos que sufren bastante cuando hace mucho frío. Que yo recuerde, desde que lo compré nunca lo he llevado bajo la lluvia, hasta este domingo. Siempre ha funcionado estupendamente contra el frío, y ahora se que también lo hace contra la lluvia ligera.
Solo le pongo un inconveniente, el viento zumba fuertemente en los oídos cuando monto con él, y prácticamente no oigo a nadie excepto si me pongo a su lado en paralelo.
El sotocasco es un Biemme WP1 que adquirí en Decathlon por unos 10€ o algo menos. Lo barato no siempre es lo peor, la pega es que hay que saber buscarlo, o... tener suerte como fue mi caso.
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